En época romana, por las cercanías de Laluenga, pasaba la calzada imperial Ilerda-Osca, que conducía de Lérida a Huesca, circunstancia que quizás explique el origen del nombre de la localidad: la larga, (la longa).
Laluenga fue rescatada del dominio sarraceno por los reyes aragoneses, sucediéndose varios períodos de dependencia del territorio a varios señores feudales. La primera constancia escrita de Laluenga es del 3 de junio de 1395, fecha en la que la localidad fue adquirida por Bernardo de Pinos, mediante compra al rey Juan I, aunque algunos historiadores afirman que la venta la hizo su hermano Martín, rey de Sicilia.
El 23 de marzo de 1417 Alfonso V el Magnánimo la vendía a su consejero Berenguer de Bardaji, al que nombro Justicia de Aragón. Bajo su dominio permaneció hasta el 30 de octubre de 1494, en que el rey Fernando el Católico la incorporó al patrimonio real aragonés, aunque por poco tiempo ya que, en 1552 la viuda de Berenguer de Bardají vendía la baronía de Pertusa (a la que pertenecía Laluenga) a la ciudad de Zaragoza.